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CUIDADOS BASICOS DE LAS PELUCAS

Cómo conservar una peluca en óptimas condiciones. Una vez que se tiene la peluca indicada para el tipo de rostro o cabello original, se ve bien, se siente cómoda y cubre las necesidades y expectativas de la clienta, lo que queda por delante es acostumbrarse y sentirla como propia. El experto del salón es el encargado de enseñar a manejar la peluca e indicar los cuidados que requiere según el material con que está hecha. Asimismo, es importante que explique cómo debe ajustarse bien el implante para que la peluca no se caiga o quede demasiado apretada. Además, puede cortar algunos mechones para mejorar el peinado. Esta última visita es importante para irse a casa con tranquilidad y que la peluca sea, desde ese día, como el propio cabello. No cepillar la peluca Sea natural o sintética, es preferible no peinarla porque deteriora la elasticidad y la forma de la misma. Es mejor desenredarla con los dedos, sin tirar, para que no se estropeen las fibras. Lavar la peluca Conviene hacerlo cada quince días o una vez por mes, según la frecuencia con que se use y cuánto esté expuesta a olores externos. Hay que utilizar productos específicos para no estropear la fibra de la peluca. Lo ideal es sumergirla por 10 o 15 minutos en agua con un poco de shampoo y luego enjuagarla. Se puede usar el equivalente de un acondicionador, que aportará suavidad y brillo al cabello. Realizar el mismo procedimiento que para lavarla, aunque aquí se puede evitar el aclarado. Dejar que se seque Es la etapa más delicada del cuidado de la peluca. Si se trata de una peluca sintética, secarla naturalmente. Nunca utilizar secador de pelo, ya que no resiste la exposición al calor intenso. No peinarla cuando está mojada. Una vez seca y desenredada recuperará la forma. Las pelucas de cabello natural también conviene peinarlas una vez secas. En este caso, el brushing es indispensable para que recupere el cuerpo y la forma. Conservar la peluca en un soporte Una cabeza porta pelucas es ideal para que conserve siempre su forma y se mantenga en buen estado cuando se quita. Si no se usa por un tiempo, se puede guardar estirada en la caja donde vino para que no junte polvo.